SAN SEBASTIÁN

Comenzamos nuestra visita a San Sebastián, o Donostia, como se conoce en vasco, en el marco incomparable de la PLAYA DE LA CONCHA, la postal más reconocida, no en vano, está considerada una de las playas urbanas más bonitas del mundo.

Asomándose a la icónica barandilla de su paseo marítimo, descubriremos que es una playa llena de historia e historias. La primera, es que tanto la playa como la bahía deben su nombre a la similitud de su forma, desde una vista aérea, con la de una concha. La segunda, cuenta que Isabel II puso de moda la playa de La Concha en 1845, después de que sus médicos le recomendaran baños de mar para sus problemas de la piel. Tras ella, y con la nueva moda de ir a la playa, llegó el resto de la corte y la aristocracia de la alta sociedad que dieron origen a la San Sebastián elegante y distinguida. Después llegó todo lo demás: el apodo de la Perla del Cantábrico, los turistas y el reconocimiento como una de las más hermosas del mundo.

Asimismo, La Concha está muy bien equipada y dispone de todo tipo de servicios: desde los clásicos toldos azules y blancos que dan sombra y un pintoresco aire a la playa, hasta lavabos, duchas y guardarropas que ofrecen comodidad a los bañistas. La arena fina y dorada y sus más de 1300 metros de longitud la convierten en una playa ideal para pasear descalzo.



La playa, además nos ofrece unas  vistas espectaculares desde fuera y dentro del agua. En su bahía, protegida por monte Urgull por un lado y el monte Igeldo por el otro, sobresale la ISLA SANTA CLARA. Pocas ciudades pueden presumir de tener una isla en plena bahía donde disfrutar de su pequeña playa con vistas a la ciudad, una piscina de agua natural, de paseos hasta el singular edificio del faro, de los senderos con sus merenderos o los cafés en la terraza del bar.

El MONTE URGULL es una fortaleza militar coronada por la impresionante estatua del Sagrado Corazón y las fortificaciones y cañones del Castillo de la Mota, que custodia la Parte Vieja asentada a sus pies.


Asomando al paseo, diseñado en 1910 por el arquitecto Juan Rafael Alday, contemplaremos hermosas joyas arquitectónicas, monumentos y las casas de lujo más caras de la ciudad que harán las delicias del paseante.

Edificio del club deportivo Eguzki




Edificios como la TALASOTERAPIA LA PERLA, uno de los símbolos de la Belle Epoque donostiarra. La reina María Cristina estableció en la ciudad el centro de veraneo de la casa real y los baños formaban parte de los placeres refinados de los veraneantes… por ello, en 1912, el antiguo balneario de madera se sustituyó por un nuevo balneario, que fue declarado como uno de los más hermosos del mundo en los medios de aquella época.

Si estás en cualquier punto de la Bahía de La Concha y alzas la vista hacia la ciudad, los ojos se te irán directos al PALACIO DE MIRAMAR, construido a finales del siglo XIX, es uno de los lugares más elegantes de San Sebastián. Al verlo, el palacio te recordará a las casas de campo de la nobleza inglesa. Con vistas al mar y a la Playa de la Concha, fue la residencia de verano de la Reina María Cristina. Ahora, además de ser un lugar de eventos, es un hermoso espacio para pasear.

En el recorrido nos fijaremos en uno de los elementos arquitectónicos más destacables del paseo, junto a la emblemática barandilla. Son los conocidos como RELOJES DE LA CONCHA, dos obeliscos ubicados donde anteriormente estaban las casetas de baños. Inicialmente no estaban coronados con instrumento alguno, pero más tarde en uno de ellos se instaló un reloj y en el otro un barómetro, coronados ambos por sendas veletas. Como curiosidad, en este tramo la barandilla está colocada del revés y la flor en vez de estar mirando a los paseantes mira hacia la bahía.





Alday también se encargó del diseño de las vistosas farolas que flanquean una de las rampas de acceso a la arena, frente a la plaza de Cervantes.




En esta plaza cabalgan desde 1973 las pequeñas figuras de bronce de DON QUIJOTE Y SANCHO PANZA, concebidas varias décadas antes por el escultor sevillano Lorenzo Coullaut-Valera (1876-1932). Aunque hay quien cree que la escultura es una mera copia a escala reducida de las célebres figuras que el mismo autor realizó para la Plaza de España de Madrid, la realidad es exactamente la contraria. O sea, que la pareja cervantina de Madrid sería la copia y la donostiarra, en puridad, la original. Para realizar los Don Quijote y Sancho Panza madrileños, Coullaut-Valera hizo un prototipo, una primera escultura, que es la que podemos ver junto a La Concha.

En los Jardines de Alderdi Eder, espacio verde cuidadosamente planificado a finales del siglo XIX, por el paisajista francés Pierre Ducasse, nos detenemos a contemplar su CARRUSEL PALACE

Este tiovivo, réplica del carrusel de 1900, sin duda llama la atención de los más pequeños de la casa, pero también de los más mayores; y es que merece la pena acercarse y contemplar cada detalle: Caballitos, avionetas, delfines, coches, cisnes, carrozas, tigres y jirafas… al más puro estilo Belle Époque llenan las dos alturas de este carrusel. Bajo el techo, pintado a mano, nos encontramos con representaciones de cuadros de pintores tan conocidos como Van Gogh, Gauguin, Lautrec, Vallotton, Monet, Cezanne, Picasso o Degas… y en lo alto un precioso caballito vigila la ciudad.

Cerrando los jardines al norte, donde comienza la llamada área romántica de la ciudad, se alza el impresionante edificio del AYUNTAMIENTO, antiguo casino de la ciudad, que se construyó en 1887 al estilo de las casas de juego que proliferaban en la Costa Azul francesa y la Riviera italiana.


Tour Virtual del Ayuntamiento

En uno de los laterales, nos paramos a leer un panel sobre los Lugares de la Memoria, que nos informa: “Desde el 18 de julio de 1936, el espacio determinado por la  Comandancia Militar y el Gran Casino (actual Ayuntamiento) fue lugar de enfrentamientos entre milicias  populares y los militares rebeldes a la República, tal y como atestiguan los numerosos  impactos de la fachada de este edificio en la esquina del Boulevard”.

Allí mismo, una placa nos recuerda el inicio de la 79 edición del Tour de Francia en San Sebastián, con el clásico final de los Campos Elíseos que convirtió en ganador final al navarro Miguel Induráin, quien así lograba su segunda victoria de las cinco consecutivas en la famosa clásica.

Continuamos por el paseo marítimo junto al CLUB NÁUTICO, otro de los edificios más destacados de la ciudad; considerado como una joya del Racionalismo arquitectónico, anterior incluso a la villa Le Corbusier. Construido en 1929 por los arquitectos guipuzcoanos José Manuel Aizpurua y Joaquín Labayen, simula un barco atracado en el muelle, que cuando cae el sol, atrae las últimas luces del día. La plataforma que nace junto a él y se adentra en el mar es uno de los lugares preferidos por las y los donostiarras para relajarse.


Enseguida te encontrarás con una de las tradiciones vascas más arraigadas, EL PUERTO y la vida que se desarrolla en el muelle, lleno de barcos amarrados esperando la salida, rodeado de casas marineras y restaurantes con sabor a mar.




El Puerto de Donostia situado ahora en el barrio de la Jarana, no ha perdido su esencia y es el lugar perfecto para conocer las raíces donostiarras. Recibió ese nombre por el bullicio que solía producirse por las noches, antes del derribo de las murallas cuando cerraban las puertas de la ciudad. ​Los marineros no podían acceder a sus casas en La Parte Vieja y se quedaban en las tabernas del puerto a pernoctar.

Las casas se construyeron iguales, encaladas de blanco y sin levantes. Una característica del barrio son sus soportales que servían hasta el siglo XXI para realizar bajo techo las labores complementarias de la pesca como la reparación de las redes o la preparación de aparejos entre otras. ​ Actualmente el espacio está ocupado por la hostelería.




Entre ellas sobresale la CAPILLA DE SAN PEDRO APÓSTOL, que fue edificada por encargo del comerciante José Loidi y su esposa María Josefa Zulaica y abierta al culto el 27 de junio de 1896, según consta en unas placas en la propia fachada.




En el puerto, muchas generaciones de familias de pescadores esperaban con incertidumbre la llegada de sus marinos. Por ello podemos ver un monumento al héroe marino José María Zubía, conocido como AITA MARI, fallecido en un rescate el 9 de enero de 1866. Se desató una terrible y súbita tormenta y Zubía partió del puerto de San Sebastián en su barco para rescatar a unos pescadores de una chalupa de Guetaria que trataba de entrar en la Bahía de la Concha. Cuando había logrado poner a salvo en su bote a todos los náufragos, un golpe de mar le arrastró y desapareció para siempre. La muerte de Zubía ocurrió ante numerosa gente que presenciaba el rescate desde la costa. Ese día fallecieron 38 pescadores por la tormenta.


Y si quieres saber más sobre la relación de los donostiarras con el mar a lo largo de los siglos, visita el Museo Naval y el AQUARIUM. Este último situado en uno de los emplazamientos más pintorescos del puerto, recoge en su emblemático edificio construido en 1928, dos plantas dedicadas al patrimonio marítimo y marino de Gipuzkoa, destacando el esqueleto de una ballena franca, así como una amplia oferta de acuarios dedicados al mar Cantábrico, en los que podrás contemplar más de 200 especies, con su famoso túnel de 360º, a lo que hay que sumar una amplia variedad de especies tropicales.


Este enclave es también un privilegiado mirador de la entrada a la Bahía; el MONTE IGELDO, presidido por  el Torreón del siglo XVIII, cuya función inicial de faro ha cambiado a la de mirador y también  un lugar de diversión gracias a su coqueto parque de atracciones. Es recomendable tomar el funicular, el más antiguo de Euskadi y en funcionamiento desde 1912, para observar y fotografiar la ciudad desde esta espectacular perspectiva; y de la Isla Santa Clara, cuya cercanía respecto a las playas de la bahía también hacen posible el acceso a nado durante todo el año.




La PLAYA DE ONDARRETA, ubicada a los pies del Palacio Miramar y separada de la Playa de la Concha por el Pico del Loro, es el punto de salida ideal para nadar el medio kilómetro de travesía. El trayecto es toda una aventura que muchos padres realizan en compañía de sus hijos. A medio camino cuentan con varias plataformas (los famosos gabarrones) con trampolines y toboganes en los que poder hacer un descanso.



Al mediodía, era el momento idóneo para adentrarnos, por una de las antiguas puertas denominada Portaletas, en la PARTE VIEJA, el segundo barrio más primitivo de la ciudad después del Antiguo y sin duda, el rincón más visitado de San Sebastián.

Callejearemos por este barrio lleno de vida, donde puedes vivir la auténtica esencia de San Sebastián. Callejones empedrados con numerosos bares con pintxos por doquier y una arquitectura que te transporta a tiempos pasados.

Como la BASÍLICA DE SANTA MARÍA DEL CORO, una impresionante obra barroca del siglo XVIII. Fue construida entre 1743 y 1774 sobre el solar que una vez ocupó una iglesia románica de los siglos XII y XIII construida por los reyes de Navarra. Como curiosidad, señalar que la puerta principal de la basílica coincide en línea recta con la entrada a la Catedral del Buen Pastor, a 1 kilómetro de distancia.

Es importante destacar la portada principal, situada entre las dos torres a modo de retablo, y sobre la cual podemos observar la figura martirizada de San Sebastián, los símbolos papales que le otorgan la categoría de basílica menor y el escudo de la ciudad coronando el edificio.



La nave central, de gran altura, está cubierta con bóvedas de crucería y el coro se sitúa al final de la misma.



En el altar mayor, se venera la imagen de la Virgen del Coro, patrona de la ciudad.

A los bautizados en Santa María se les conoce como “josemaritarras” (literalmente, “los de Jose Mari”), y aparecen mencionados en el himno a San Sebastián.

El tradicional acto de la Salve, que tiene lugar cada 14 de agosto (víspera de la festividad de la Virgen) en la basílica, congrega a numerosos fieles, que tienen la posibilidad de escuchar in situ al Orfeón Donostiarra, una de las más prestigiosas corales de Europa.

Otro edificio destacado es el TEATRO PRINCIPAL, el más antiguo de San Sebastián, inaugurado en el año 1843. Con una inspiración clásica, ofrece al público, diversos espectáculos de teatro, danza, música,... Además, acoge varios festivales y ciclos de cine importantes de la ciudad.


Calles como la 31 de Agosto, que conmemora el incendio y saqueo provocado por las tropas angloportuguesas durante la liberación de la ciudad de ese día en 1813, están llenas de bares para poder disfrutar de unos txikitos y de los mejores pintxos de la ciudad.



Uno de los tesoros gastronómicos de Donostia son sus famosos pintxos, miniaturas culinarias que van desde la originaria rebanada de pan cubierta de alimentos, hasta las pequeñas creaciones de la alta cocina en miniatura. Ir de pintxos por Donostia es una forma de conocer su cultura. ¡Y no te olvides de probar el famoso txangurro!

Tras recuperar fuerzas, continuamos nuestra visita pasando junto a la IGLESIA SAN VICENTE, el templo más antiguo de la ciudad. Construida durante la primera mitad del siglo XVI bajo el estilo gótico, en su interior se esconde uno de los mejores retablos del romanismo, obra de Ambrosio de Bengoechea y Juan de Iriarte. Junto a él, comparten protagonismo el órgano francés Cavaille-Coll, de 1868, y sus impresionantes vidrieras. En su fachada lateral, la escultura “la Piedad”, del artista Jorge Oteiza.

Sus rosetones y arcos apuntados levantan la admiración de todos aquellos que pasan junto a ella.

Además, a los bautizados en San Vicente se les conoce como “koxkeros”, debido las piedras salientes del templo (“koxka” en euskera).

En el extremo oriental encontramos el MUSEO SAN TELMO, antiguo convento dominico del siglo XVI, que pasó a ser cuartel militar y hoy es el flamante Museo de Sociedad Vasca y Ciudadanía, y que cuenta con un claustro y la antigua iglesia dignos de ser visitados.

El paseo por sus estrechas calles nos lleva ahora a la PLAZA DE LA CONSTITUCIÓN, conocida popularmente como “la plaza de la Consti”. Es el corazón de la Parte Vieja y data del año 1817, siendo diseñada por el arquitecto Urgartemendía, uno de los profesionales que más activamente participó en la reconstrucción de la ciudad después del devastador incendio del año 1813.



Preside la plaza un interesante edificio de estilo neoclásico, con cinco columnas distribuidas entre los balcones y un reloj en la cornisa. Hasta 1947 albergaba el Ayuntamiento y después, cuando el consistorio se trasladó, el inmueble se destinó a biblioteca municipal y a las oficinas del Área Cultural del Ayuntamiento de San Sebastián.

Lo que más llama la atención de este bullicioso recinto, son los soportales, sus balconadas y la numeración que tienen estas en su parte superior. Y es que la plaza siempre fue el lugar en el que se daban cita las gentes de Donostia para disfrutar de las fiestas, y esa numeración es un recuerdo de los tiempos en que la plaza se usaba como coso taurino.

Aquí todavía se suelen celebrar las grandes fiestas y eventos de la ciudad. Desde el balcón del antiguo Ayuntamiento se iza cada año la bandera de la ciudad para dar inicio a la fiesta de San Sebastián. A partir de ese instante y durante 24 horas la ciudad se convierte en una fiesta de tambores y barriles, conocida como la tamborrada de San Sebastián

La plaza también se llena de multitudes durante la feria del día de Santo Tomás, con la celebración de un mercado popular que coincidía con el día de pago de rentas y no tenía, pese a su nombre, carácter religioso.

Continuamos nuestro paseo vadeando el MERCADO DE LA BRETXA, cuyo nombre tiene raíz en la historia de Donostia y se debe a las invasiones sufridas por la ciudad. En los inicios del siglo XVIII, la ciudad fue asaltada por las tropas del Duque de Berwik, en esta acción las tropas abren dos brechas en la muralla y cien años después el 31 de agosto de 1813, los soldados anglo-portugueses toman la ciudad por este mismo lugar, este es el motivo por el cual La Bretxa recibe este nombre. Data del año 1870 y fue proyectado por Antonio Cortázar para ser ampliado posteriormente por José de Goicoa.

Las instalaciones, no obstante, están conformadas por dos edificios diferenciados, el de Pescadería y el de Arkoak. Un paseo por el exterior del emblemático mercado revela otro de sus encantos. Los puestos conocidos como ‘las caseras’ ofrecen al visitante una interesante selección de frutas, verduras, flores y hasta quesos, lástima que a estas horas de la tarde, ya no mostraba el ajetreo que tienen estos lugares por las mañanas.

Abandonamos la zona vieja y nos aproximamos a la ya mencionada área romántica de la ciudad, donde se nos muestra el impresionante conjunto con un diseño típico de la Belle Epoque formado por el TEATRO VICTORIA EUGENIA y el HOTEL MARIA CRISTINA, asomando al río Urumea.

Cruzamos el Puente de la Zurriola en el que destacan las llamativas sus farolas diseñadas por Víctor Arana, de estilo Art Decó, para disfrutar de una bella estampa de la fachada fluvial, en la que destacan inconfundiblemente los dos edificios antes mencionados.


En julio de 1912 la regente María Cristina inauguró el hotel que llevaba su nombre. A lo largo de sus más de cien años las elegantes y suntuosas habitaciones de este hotel han alojado desde la aristocracia y realeza de principios de siglo hasta las últimas estrellas de Hollywood, pasando por músicos, escritores y personalidades variadas de prestigio internacional. Es también el hotel de las estrellas del Festival Internacional de Cine de San SebastiánEl teatro Victoria Eugenia, inaugurado una semana después del hotel María Cristina, es un edificio renacentista construido en arenisca. Desde la primera escenificación de la obra "En Flandes se ha puesto el Sol" de la compañía de María Guerrero, el teatro ha sido la sede de los principales acontecimientos culturales de la ciudad, así como del Festival Internacional de Cine de San Sebastián. Entre los años 2001 y 2007 se llevó a cabo un completo proceso de reforma del teatro, dotando al mismo de mayor amplitud de espacios escénicos y nuevos aires más vanguardistas, intentando mantener siempre la esencia original del teatro.

Y así llegamos a la PLAYA DE ZURRIOLA, la playa con más movimiento y ambiente surfero de San Sebastián. Situada en pleno barrio de Gros, entre la desembocadura del río Urumea, junto a los cubos del Kursaal y el Monte Ulía, la Playa de Zurriola se ha convertido, desde su remodelación a mediados de los noventa, en el destino favorito de surfistas y jóvenes de todo el mundo. En Zurriola puedes encontrar campeonatos y constantes cursillos de surf, de volleyball, partidos de fútbol o pala…

Nos despedimos de San Sebastián, una de las ciudades más bellas de toda la geografía española, y a la que también califican como una de las cinco mejores ciudades de veraneo del mundo, con un delicioso sabor de boca por haber disfrutado de todo cuanto vimos y también lo que saboreamos. ¡Cada rincón, cada pintxo y cada momento fue una auténtica maravilla! Sin duda, dejamos un pedacito de corazón en esta ciudad y ya estamos soñando con regresar algún día para seguir explorando todo lo que aún nos quedó por descubrir. ¡Hasta pronto, San Sebastián!



TODA LA INFORMACIÓN INCLUIDA EN ESTA PUBLICACIÓN, HA SIDO RECOGIDA DE LOS SIGUIENTES ENLACES:

https://www.sansebastianturismoa.eus/es/

https://www.sansebastianturismoa.eus/es/hacer/san-sebastian-1-dia-o-mas

https://turismo.euskadi.eus/es/patrimonio-cultural/basilica-de-santa-maria-del-coro/webtur00-content/es/

https://es.wikipedia.org/wiki/Bas%C3%ADlica_de_Santa_Mar%C3%ADa_del_Coro

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