HONDARRIBIA

La ciudad de Hondarribia, antaño también conocida como Fuenterrabia, está situada sobre un pequeño promontorio asomado a la bahía y desembocadura del Bidasoa, en un paraje especialmente bello y tranquilo. Pero su ubicación estratégica, en la frontera con el vecino reino de Francia, le hizo jugar un papel bélico muy destacado a lo largo de los siglos. Su casco histórico abrazado por una muralla medieval (la única plaza fuerte bien conservada de la Comunidad Autónoma), está declarado Conjunto Monumental. Un espacio lleno de historia, que os recomendamos recorrer a pie.

Su inconfundible casco histórico amurallado, su antiguo barrio de pescadores, su impresionante gastronomía y su refrescante playa, son actualmente algunos de los atractivos turísticos más importantes, convirtiéndolo en uno de los pueblos más visitados de Euskadi.

Si dejamos el coche en la zona baja, cerca del barrio de la Marina, la mejor y más cómoda manera de acceder a su casco histórico en silla de ruedas es, en el ascensor panorámico que salva los veinte metros de desnivel entre Sabino Arana y la Brecha (Avenida de Javier Ugarte) desde donde se contempla una bellísima vista de la Bahía de Txingudi, con la ciudad Francesa de Hendaia en la orilla opuesta. Al lado y hasta la carretera inferior, los restos del BALUARTE DE SANTIAGO (siglo XVI). y la parte trasera del Parador.

7

Allí comenzamos nuestro paseo por el interior del recinto amurallado y enseguida nos topamos con Iglesia PARROQUIAL DE NUESTRA SEÑORA DE LA ASUNCIÓN Y DEL MANZANO. El templo original, de estilo románico, fue sustituido en el siglo XV por otro gótico, al que se añadió una portada renacentista, un campanario barroco y a principios del siglo XX un altar mayor neogótico. El ábside mantiene algunos elementos defensivos vinculados a la muralla medieval ya que se integraba en ella. En esta iglesia se celebró la boda por poderes entre María Teresa de Austria y Luis XIV en 1660.

Su centro neurálgico y rincón más emblemático es la amplia Plaza de Armas, el lugar donde se reunía la tropa para realizar instrucción y pasar revista. En este caso, por estar en el centro de la población, sirvió además como núcleo de la vida urbana y festiva. Tiene forma de trapecio: uno de los lados lo ocupa el castillo; otros dos, coloridas casas civiles de gran valor ambiental, quedando libre el lado menor, abierto hacia la desembocadura del río Bidasoa.






Está presidida por el imponente CASTILLO DE CARLOS V, cuya construcción primitiva se atribuye a Sancho Abarca de Navarra, su ampliación y fortificación en 1190 a otro rey navarro, Sancho el Sabio. La sobria fachada corresponde a la época de Carlos V. Era a la vez castillo y palacio. Contaba con seis plantas para aposento de las tropas, almacenes, depósito de munición y pólvora, calabozos y caballerizas. La fachada principal es muy gruesa, pensada para soportar los cañonazos. También es sobria; de hecho, los elementos decorativos de la puerta, inclusive el escudo de armas de Carlos V, fueron añadidos a mediados del siglo XX cuando se transformó en Parador de Turismo.

En este castillo se hospedaron, en 1660, los miembros de la familia real española mientras se ultimaban los detalles de la boda de la infanta María Teresa, en San Juan de Luz, con el futuro rey de Francia, Luis XIV, un matrimonio que puso fin a un largo conflicto entre Francia y España. Sin embargo, mucho después, a finales del siglo XVIII, tropas francesas atacaron el castillo y lo dejaron prácticamente en ruinas, hasta que se transformó, en 1968, en Parador Nacional.

Continuamos nuestro recorrido por las estrechas calles que componen el casco histórico de Hondarribia, una de las joyas que guardan sus murallas, así que nos dejamos llevar  por ellas descubriendo sus encantos, como en esta Kale Nagusia (Calle Mayor), calle estrecha, adoquinada y con pronunciada pendiente, a la que asoma la portada del templo anteriormente mencionado y otros bellos edificios singulares como: la Casa Ladrón de Guevara, nº 2, cuya fachada es de ladrillo azul vitrificado, única en su estilo; el palacio CASADEVANTE (siglo XVII) de estilo barroco.





Llama la atención la placa conmemorativa, en la que reza: En esta casa negociaron los emisarios del príncipe de Condé y las autoridades de la plaza los términos de la tregua que siguió al heroico sitio del año MDCXXXVIII.

La CASA IRIARTE llamativa por el entramado de sus fachadas, los modillones en madera y sus vigas.

La CASA DE ZULOAGA, solar del conde de Torre-Alta, actual biblioteca municipal, reconstruido en 1753 por Pedro Ignacio de Zuloaga, cuyos cuatro apellidos tienen representación en los cuarteles del escudo de la fachada que, además del citado son: Moyua, Casadevante y Bidaurre.

El AYUNTAMIENTO (1735) de estilo barroco, con sus soportales y dos grandes escudos en la fachada.


Sobresalen también algunos edificios que muestran los aleros, unos dobles y otros sencillos, con los canecillos tallados, balcones de hierro forjado y escudos.





Desde esta calle principal podemos asomarnos a  estrecha Kale Etxenagusia Margolari.

O a la Plaza del Obispo, una de las localizaciones más antiguas de Hondarribia. Este enclave es un guiño a uno de los hijos celebres de la localidad, Don Cristóbal de Rojas y Sandoval, Arzobispo de Sevilla, capellán de Carlos V y protector de Santa Teresa entre otros. Una persona, que vivió durante gran parte de su vida en este mismo punto de Hondarribia. Está sepultado en la Colegiata de Lerma (Burgos).

En esta plaza destaca la CASA – TORRE ETXEBESTENEA, conocida también como Torre de Palencia, en ella nació Don Cristóbal Rojas y Sandoval en 1502. Fue construida en el siglo XII como parte de la fortificación de Hondarribia, siendo uno de los edificios más antiguos del municipio. La casa fue en tiempos primer centinela de la ciudad, y es que desde su torre se divisa por completo la vega del río Bidasoa y la sierra de Peñas de Aia. Una ubicación muy estratégica para la defensa contra los constantes ataques del enemigo. Entre finales del siglo XV y principios del XVI, tras innumerables asedios por parte de las fuerzas francesas, su batería de cañones fue derribada y el edificio fue sometido a una importante reforma que le dio el aspecto que conserva hasta día de hoy. Sus ventanas son ojivales, pequeñas y estrechas como las de un convento medieval.


Dispone de un gran escudo negro flanqueado sobre un ángulo de su fachada, y una escalera de piedra en su exterior. 

Así llegamos a una de las dos entradas principales al recinto amurallado y  uno de los accesos más conocidos. Esta PUERTA DE SANTA MARÍA se componía de diversos elementos, como puente levadizo, cuerpos de guardia y hasta capilla. Sólo queda este sencillo arco que en su parte interna aún conserva los goznes de la puerta. A la izquierda, el Cubo de Santa María del siglo XVI.

Sobre el arco, destaca el escudo de la Ciudad, del año 1698, trasladado en el siglo XIX desde un convento y sobre este la Virgen de Guadalupe, patrona de la ciudad, flanqueada por un ángel a cada lado. Sobre ella se conserva un reloj de sol vertical constituido principalmente por una placa de mármol blanco en la que está grabado el año 1838.

Es en esta puerta, donde encontramos la escultura de “Hatxeroa”, un pequeño reconocimiento a la figura del hachero, el soldado zapador encargado de construir fortificaciones y de cavar trincheras, abriendo paso al resto de la tropa,  y que encabeza el Alarde, desfile cívico-religioso celebrado anualmente el 8 de septiembre. Es una fiesta vistosa y emotiva, celebrada con ocasión de la renovación del voto que la población realizó a la Virgen de Guadalupe en el sitio que sufrió la ciudad en el año 1638.

Seguimos el paseo por la Murrua Kalea hacia el BALUARTE DE LA REINA (en referencia a Juana la Loca), uno de los cuatro baluartes de la muralla conservados y también, uno de los espacios más destacados de la muralla de Hondarribia. Su estratégica situación hizo, que durante los diferentes ataques que sufrió la localidad quedase parcialmente dañada. Así todo, hoy en día sigue siendo uno de los espacios más visitados de la muralla, conservando sus dos patios unidos por un túnel sobre el que se encuentra su antigua plataforma de artillería.


Desde aquí también podemos admirar las murallas de la villa (siglos XVI-XVII) que rodean el casco histórico, pertenecen al sistema de fortificación abaluartado; el foso; y las enormes cortinas que unen los baluartes, donde se distinguen las huellas de los impactos sufridos durante los numerosos avatares bélicos.

Continuamos la ruta fijándonos en las bonitas fachadas que asoman a la Calle General Leiba, hasta detenernos ante los restos de la PUERTA DE SAN NICOLÁS, antigua puerta gótica perteneciente a la muralla medieval de la Ciudad. 



En ella termina la calle San Nicolás, que desciende desde la Plaza de Armas.

Frente a esta se sitúa una segunda puerta de San Nicolás, pero en esta ocasión abierta en la muralla renacentista. 

Traspasamos ahora el arco de esta última y avanzamos por el puente hasta que conseguimos el punto de vista adecuado ¡mirando hacia la ciudad! Veras al frente, la puerta de San Nicolás, que estuvo tapiada durante muchos años hasta que fue reabierta en 1998 y restaurada en 2011. El escudo de la ciudad no es original y dispuso de puente levadizo. Durante los siglos XV y XVI, esta puerta fue el principal acceso a la ciudad. Originariamente, integraban el complejo una capilla, un torreón, dos puertas y dos puentes (uno levadizo y otro fijo) que salvaban el foso.

Es un lugar adecuado para contemplar la estructura exterior de la muralla y el baluarte de San Nicolás, ya que el resto de las fortificaciones que rodeaban la ciudad fueron voladas en 1794 a causa de la Guerra de la Convención.

Nos dirigimos ahora hacia la curiosa Plaza de Gipuzkoa, y en el camino vemos como la arquitectura comienza a cambiar hacia un estilo vasco más popular de caseríos urbanos, algo que se puede comprobar en la pequeña y acogedora plaza, que cuenta con soportales, así como numerosos bares y comercios de antigüedades.


Como curiosidad, señalar que a pesar de su apariencia y de su ubicación en el casco histórico, es de reciente construcción. Fue diseñada en los años 1950 y construida entre las décadas de 1960 y 1970 por el que fue arquitecto municipal Manuel Manzano-Monís. Constituye una solución original a la urbanización de los solares existentes en la zona, fruto de la destrucción de los edificios a causa de las numerosas guerras que soportó la ciudad a lo largo de los siglos.


Parecen edificaciones estrechas que nos recuerdan a casas antiguas, dotadas incluso de alturas diferentes, pero en realidad varias de ellas corresponden a un solo edificio. Las decoraciones de cada sector de fachada son muy variadas y no guardan relación con las edificaciones que pudieron existir en su día en este lugar. La solución adoptada ha tenido gran éxito, convirtiéndose en un espacio equilibrado apreciado por locales y visitantes. El trabajo realizado por el talentoso arquitecto en Hondarribia mereció en 1982 el Premio Europeo de Arquitectura.

Nosotros nos la encontramos realmente animada, pues había un pequeño concierto en ella por las Fiestas del arca, que se celebraría en breves días.

Allí también descubrimos, que antiguamente era habitual clavar en el suelo cañones inservibles para amarrar los barcos o impedir el paso de carros. En esta plaza se han instalado unas piezas metálicas que imitan la forma de un cañón que, unidas mediante una gruesa cadena, impiden el aparcamiento de automóviles.

Ahora, cruzando el arco de la Calle Santiago de Compostela, descendemos hacia el antiguo barrio de pescadores o barrio de la Marina, también conocido como PORTU AUZOA, uno de los espacios más animados, característicos y emblemáticos de Hondarribia, ubicado extramuros.




La calle Santiago, origen del barrio de la Marina, fue la primera calle fuera de la ciudad por la que pasaban los peregrinos del Camino de Santiago.



En la calle peatonal de San Pedro descubrirás los mejores bares y restaurantes, que antes eran lonjas y chamizos de pescadores y donde podrás degustar los famosos pintxos de Euskadi. Podemos destacar como su edificación más antigua, la actual casa Zeria que data del año 1575.

Sus casas llenas de colores y vida; el gran ambiente que irradia; y la impresionante gastronomía vasca, convierten a este lugar en uno de los espacios más importantes de la localidad, llamando la atención de propios y extraños.


Los coloridos balcones tienen su origen en que antiguamente, los arrantzales (pescadores vascos) utilizaban los restos de pintura que les sobraba al pintar sus barcos para pintar sus casas. Así, además de ofrecer una bonita estampa protegían sus viviendas con pintura resistente a la humedad y el agua. Una protección muy necesaria para hacer frente al clima de la costa de Euskadi. Este barrio declarado Monumento Histórico – Artístico es, sin duda, una de las estampas más conocidas y fotografiadas de Hondarribia.


Aquí se encuentra también la IGLESIA DE SANTA MARÍA MAGDALENA, cuya construcción se inició en el año 1921, sustituyendo a una antigua que se ubicaba en el arrabal de la Magdalena. Cuenta en su interior con un fresco del pintor Gaspar Montes Iturrioz.

Y la COFRADÍA DE PESCADORES DE SAN PEDRO, fundada en el año 1361, cuya función es la de velar e intermediar por los derechos de los pescadores. Su sede es un pequeño edificio con un único arco central, encima de uno de los cuales encontramos la figura del venerado Santo.

Además del antiguo muelle Kai Zaharra, donde veremos el Carro varadero, mecanismo con el cuál se izaban las embarcaciones para su posterior mantenimiento y reparación; y el BARCO MARIÑEL, que tiene 21,30 metros de eslora y fue construido en los astilleros de Muruaga de Bermeo en 1985. Se trata de un buque bonitero de líneas clásicas cuyo casco es de madera de gran calidad. Hoy en día es muy difícil y costoso construir un casco de madera de características semejantes. Se puede decir que es el último barco clásico de Hondarribia. Fue adquirido por el Ayuntamiento en el año 2012, para recordarnos la importancia de la pesca en Hondarribia.


Asomados al paseo marítimo, disfrutaremos de una privilegiada vista de la preciosa bahía de txingudi; de la desembocadura del río Bidasoa y de la vecina localidad de Hendaya.



Ya noche, y para finalizar nuestra visita, nos acercamos a ver el FARO DE HIGUER, construido en 1878 en sustitución del que en 1874 fue destruido por las tropas carlistas. Su ubicación, frente a la isla de Amuitz y alertando del peligro que ocasionan las rocas del cabo de mismo nombre, nos regala unas impresionantes vistas del mar y la costa vasca.



TODA LA INFORMACIÓN INCLUIDA EN ESTA PUBLICACIÓN, HA SIDO RECOGIDA EN LOS SIGUIENTES ENLACES:

https://hondarribiaturismo.com/hondarribia/ https://armaplaza.eus/images/Publicaciones/DipticoVisitas/selfiaventura_cas.pdf https://turismo.euskadi.eus/es/rutas/un-paseo-por-hondarribia-historia-y-arte-entre-murallas/webtur00-contrutas/es/#

https://turismovasco.com/gipuzkoa/que-ver-gipuzkoa/hondarribia/ https://www.barcelo.com/guia-turismo/es/espana/san-sebastian/que-ver/hondarribia/

https://hondarribiaturismo.com/el-casco-antiguo-de-hondarribia/ https://www.hondarribia.eus/es/casco-historico https://www.hondarribia.eus/es/casas-palacios https://www.hondarribia.eus/es/arquitectura-religiosa https://www.hondarribia.eus/es/portu-auzoa

VISITA OTROS SORPRENDENTES LUGARES DEL PAÍS VASCO EN EL ENLACE.